OJO!!! Entrada excesivamente friky, os pido por favor que no me lo tengáis en cuenta, es simplemente una ida de pinza. Mañana se me habrá pasado... espero...
En el momento que me he levantado del suelo con un imán introducido en una caja de chicles en una mano y con una moneda de 5 céntimos en la otra he tenido pruebas suficientes para refutarlo: he perdido definitivamente la chaveta.
Todo ocurrió anoche, cuando despúes de ordenar toda la ropa que me había comprado me encontraba aburrido sin nada interesante que hacer, porque la tele estaba monopolizada por mi madre y "La divertida noche de los zombis" (¿¿¿???) no había terminado de bajarse, asique me puse a releer "el Principito" mientras le pegaba golpes a una moneda de 5 céntimos para que girase sobre sí misma.
Realmente estaba más pendiente de que la moneda aguantase girando el mayor tiempo posible que del libro de tenía en mi otra mano, asique devolví el libro a su cruel destierro y me puse a investigar formas para que la moneda girase el mayor tiempo posible.
Mis mayores problemas residían en en poco espacio que tenía en mi escritorio, ya que la moneda casi siempre se golpeaba con el despertador o con alguna otra guarrería que tengo por aquí tirada y que el eje de giro perdía estabilidad al llegar a un determinado número de r.p.m. presumiblemente producido por una caída del par inercial al desequilibrarse el centro de masas.
El problema del espacio tenía fácil solución (hay suelo suficiente en mi habitación) pero no encontraba una solución para el inconveniente axial. Cuando iba a dar todo por perdido e iba a volver de nuevo al mundo real, descubrí en una balda un par de imanes bastante potentes.... por cierto, cuidadín con los imanes, yo creo que he jodido mi móvil (se me han borrado un montón de mensajes).
Y ahí me vino la GENIAL! idea: la moneda al ser una aleación de cobre-niquel tenía un paramagnetismo que podría aprovechar si conseguía que las lineas de campo atravesasen el eje de giro de la moneda, asique si colocaba el imán a una distancia prudencial por encima de la moneda conseguiría que el magnetismo mantuviese el centro de masas de la moneda estático durante más tiempo y por tanto girase más rato.
Para sostener cómodamente el imán lo metí en una cajita de chicles y me dispuse a iniciar mi experimento, no sin cierto nerviosismo por si se demostraba que, o bien era un gilipollas, o bien era un gilipollas incompetente. La monedita comenzó a girar, puse el imán sobre su eje y..... EUREKA!!! funcionaba!!! y además de girar muuucho más tiempo la velocidad de rotación disminuía gradualmente,y no brúscamente como ocurría antes.
Me sentía pletórico, había creado algo "útil"...... pero a lo que no encontraba una aplicación cotidiana. Bueno, abstractamente podría funcionar como un equilibrador axial y variador de velocidad de un giróscopo si se alternaba y variaba el campo magnético, pero eso no me valía de nada.... era una completa memez.
Cuando ya me iba a ir a la cama un poquito orgulloso de mi pérdida total de cordura, encontré por casualidad el objeto de mi misfortunio.
Años de trabajo desperdiciados!!! Bueno, mentira, en realidad fue media hora, pero perdí la ilusión por completo.
El funcionamiento era el mismo, mantener un giróscopo en rotación utilizando campos magnéticos para mantener el eje equilibrado, sólo que en este caso se basaba en la repulsión (la peonza tiene un imán orientado con la misma polaridad de la base) en lugar de la atracción magnética como había hecho yo.
Mi Decelerador Inercial Magnético (DIM) ya estaba inventado.... pues vaya pufo. Al menos me queda el consuelo de saber que si hubiese perdido la cabeza un par de años antes posiblemente hubiese inventado yo el Levitrón.
En fin, ya sé cómo se sintió Homer en el capítulo que quería ser como Thomas Edison.... por favor, no me lo tengáis en cuenta porque no es mi culpa, la culpa la tiene la sociedad!!
Un saludo mis fustrados inventores!!
