domingo, agosto 27, 2006

219 meses sin tregua...

Hoy toca doble post. La razón es que el anterior lo tenía que haber publicado ayer, pero salí a las 7 de la tarde de mi casa y llegué a las 7 de la mañana.

Un día más, la vida vuelve a sorprenderme. Y es que al igual que ha hecho Pedro, en unos pocos días Chani se marcha una temporada en busca de una vida distinta y posiblemente más gratificante en algunos aspectos y con motivo de despedirnos, se movilizó a la gente para quedar y tomar unas cañas y luego salir juntos, sin caras de perro, como buenos hermanos. Yo estaba un poco mosca porque últimamente todo está un poco patas arriba para mi y me podía esperar que ocurriera cualquier cosa, pero la ocasión lo requería. Somos ya personas adultas y aquí nadie se lleva a machete, simplemente unos mejor y otros peor, pero no se le puede joder el día a un colega que se marcha casi un año.

No entraré en detalles, pero la tarde estuvo bastante bien. Tanto que incluso nos fuimos a cenar los 6 o 7 que quedabamos y en ningún momento me sentí más desplazado de lo que podía haber pensado un par de horas antes. Al terminar de cenar nos fuimos todos al Contra donde iban llegando los que faltaban y alli nos tomamos otra copa y un par de chupitos para luego seguir la tradicional ruta de baretos.

Y fue en ese momento cuando me quedé sólo con una persona que antaño fue mucho para mí, pero que por circunstancias ahora no tenemos relación. Tuve una sensación muy extraña, como de desconcierto, porque tras casi 11 meses mantuvimos una conversación de unos dos minutos, suficiente para atisbar algunas cosas que no tenía muy claras y para ver que las cosas no le van mal, algo de lo que me alegro y si alguien dice lo contrario sabe que está mintiendo.

El caso es que a las 5,30 ya los bares (bueno, el bar) empezaron a chapar y comenzaron las "rebajas", siempre divertidas en esos momentos antes de irte a casa. Pero una buena noche no termina hasta que no vas al estafeitor a comer alguna guarrería y a hablar de metafísica con los que aún quedan en pie.

Ya de camino a casa e incluso una vez en la cama estuve pensando en lo que habíamos hablado, en ese máster en diplomacia que tiene la mayoría de los compenentes de este grupo, en la frágil y enrevesada tela de araña que hace que esto se mantenga y por supuesto, en las indescriptibles razones que hacen que 17 personas (alguna más posiblemente) cada una de su padre y de su madre puedan seguir juntas (mejor o peor) después de tantas cosas.

En fin...ya no se que pensar, creo que me he vuelto un poco menos cuerdo...y es que todo es tan extraño...

Greetings!!

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